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Consejos para la conducción en la nieve

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Ir al volante de un vehículo sobre la nieve, ya sea un turismo, un camión, una furgoneta o cualquier otro tipo de medio de transporte sobre ruedas, requiere una técnica específica. Tanto si, por suerte, se cuenta con cadenas, como si no hay cadenas sobre las ruedas, lo que nos llevará a extremar las precauciones si, por las razones que sean, no contamos con ese elemento de seguridad.

Si tienes previsto coger el coche en la montaña, durante el invierno, este post te será de gran utilidad antes de ponerte al volante.

Cómo afecta la nieve en la conducción

La nieve es un fenómeno meteorológico que, si se da en forma de precipitación, afecta notablemente a la visibilidad. Al igual que la lluvia o la niebla, la nieve tiene un impacto inmediato en nuestro campo de visión, lo que obliga a mantener los estados alerta, lo que genera más tensión y por tanto más posibilidades de sufrir un accidente. Además, la reducción de la visibilidad afecta también a la propia carretera, pero también a las señales que nos avisan de cambios o la llegada de obstáculos, así como la presencia de animales y otros vehículos.

Eso desde el punto de vista psicológico y de las facultades de la vista, porque la nieve, una vez se acumula en la calzada y en torno a ella, genera unas condiciones en el piso que afectan directamente a la conducción. El suelo se torna mucho más resbaladizo, los neumáticos pierden adherencia y aumenta considerablemente el riesgo de derrape y salidas de la calzada, con el consiguiente peligro de accidentes.

Además, la propia textura de la nieve sobre la calzada hace que se altere la estabilidad del vehículo, así como su capacidad de frenado y aceleración. Para un control del coche, es importante conducir con marchas más bajas y aumentar la distancia de seguridad con otros vehículos en la carretera, para evitar posibles colisiones producto de los resbalones.

La nieve, si la temperatura desciende, puede convertirse, con mucha facilidad, en hielo, lo cual es doblemente peligroso. De ahí que los consejos de conducción con presencia de hielo sean parecidos a la nieve, pero con más celo aún.

Si, por desgracia, caemos en una placa de nieve, lo importante es mantener la calma y estar preparados para reaccionar con agilidad una vez salgamos de ella, ya que encima del hielo no tenemos ningún control sobre el vehículo.

Equipo y accesorios imprescindibles para conducir en nieve

Además de ser conscientes de los riesgos de conducir en la nieve, es fundamental contar con los siguientes elementos antes de accionar la llave de contacto:

Neumáticos de invierno

El uso de neumáticos de invierno se ha extendido en los últimos años y contar con ellos permite prescindir de cadenas para conducir en nieve. Ayudan a ganar tracción en aquellas superficies nevadas y heladas, aportando mayor estabilidad al vehículo y sensación de control al conductor. Presentan mayor número de aristas en la superficie, lo que permite un mayor agarre y vienen señalados con el marcaje M+S (Mood + Snow, es todo, barro y nieve). En los países con gran cantidad de precipitaciones de nieve, como los del centro y norte de Europa, su uso es obligatorio durante la estación fría.

Cadenas para nieve

Unas ‘viejas conocidas’ de las borrascas, son esenciales para áreas con nevadas intensas y proporcionan tracción adicional al colocarse sobre los neumáticos. Además de las clásicas cadenas metálicas, existen modelos alternativos, más rápidos de instalar. Uno de los que más tirón tiene y del que, dicen, está llamado a jubilar a las cadenas de toda la vida se llama Spikes-Spider. Entre sus ventajas, el hecho de que se instale en medio minuto y la gran adherencia a la carretera que promete.

Raspador de hielo y cepillo para nieve

Unos accesorios que puedes encontrar en cualquier bazar de barrio, que podrás comprar por unos pocos euros y que, sin embargo, te podrán salvar de más de un momento delicado. Imagina que paras para comer y te encuentras con una gran nevada; estos elementos te serán necesarios para mantener limpias las ventanas, espejos y el techo del vehículo y mejorar la visibilidad al volante en condiciones de nieve.

Elementos básicos para conducir en la nieve, a los que puedes añadir bolsas de emergencias, palas pequeñas y medianas, cables de arranque en previsión de fallos en la batería del coche y mantas térmicas por si hubiera que esperar a vehículos de asistencia.

Cómo frenar en la nieve

Frenar en la nieve requiere suavidad al volante. Para evitar sustos desagradables dado lo resbaladizo del piso, aplica presión gradual al pedal del freno para evitar bloquear las ruedas, permitiendo que el sistema ABS (si el vehículo cuenta con él) haga su trabajo.

Aumenta la distancia de frenado y la distancia de seguridad y evita frenar en curvas, y menos aún si pasas por encima de una placa de hielo. Considera usar el freno motor si tienes una transmisión manual. Practica en un lugar seguro para familiarizarte con la respuesta de tu vehículo en condiciones de nieve.

Consejos para conducir en nieve

Aunque ya hemos visto varias técnicas y trucos para conducir en la nieve, sirvan estas recomendaciones, en modo resumido, para asimilar las ideas y evitar sustos en la carretera durante el invierno.

  • Usar neumáticos de invierno. Instala neumáticos diseñados para condiciones invernales, como los que citamos en párrafos anteriores, ya que proporcionan mejor tracción en nieve y hielo.
  • Velocidad moderada. Reduce la velocidad y aumenta las distancias de seguimiento para tener más tiempo de reacción en carreteras resbaladizas.
  • Frenado suave. Frena suavemente y con anticipación para evitar bloquear las ruedas y perder el control del vehículo.
  • Mantenimiento del vehículo. Asegúrate de que tu vehículo esté en buen estado, con frenos, luces y sistemas de calefacción funcionando correctamente. Retira la nieve del parabrisas, si la hubiera, con rascadores, antes de ponerte a conducir.
  • Practica la conducción en la nieve. Familiarízate con la respuesta de tu vehículo en condiciones de nieve en un lugar seguro, como un descampado cubierto de nieve o un aparcamiento también nevado.

Hay de la nieve tu aliado y lograrás así unas vacaciones felices y sin contratiempos que lamentar. Basta un poco de respeto a la naturaleza, precaución y unos conocimientos básicos para disfrutar sin sustos.

¡Vive Andorra!