Si vas a Andorra, no puedes dejar de visitar la Casa de la Vall, uno de los edificios más emblemáticos y con más valor histórico de Andorra. Situada en el corazón de la capital, Andorra la Vella, este imponente edificio data del siglo XVI y ha sido testigo de numerosos eventos clave en la historia del Principado.
Un edificio importante para conocer Andorra, como veremos en este artículo, pero también para conocer la historia de la política, de la democracia, y del estilo de vida de los pueblos de montaña en el pasado. Recordemos aquello que decía Tolstoi: “Quien describe su aldea, describe el universo”. Así, la Casa de la Vall se puede entender también como un edificio representativo de los tratos y pactos de los hombres y mujeres para convivir en sociedad.
Veamos más detalles sobre este destacado lugar, referencia ineludible de muchos turistas dentro de su particular ruta.
Historia de la Casa de la Vall
Enclavada en el corazón de Andorra la Vella, la capital del Principado, la Casa de la Vall fue construida en el siglo XVI como residencia noble para la familia Busquets, un clan de lo más influyente en el plano político y social del país. Aunque se construyó en el siglo XVI, desde 1702, alberga el Consejo General de Andorra, lo que hace que esté considerada como el parlamento más antiguo de Europa.
Su arquitectura robusta de piedra refleja el estilo tradicional de montaña, con detalles ornamentales en la fachada y ventanas pequeñas que denotan su función defensiva original. Es un símbolo de la identidad nacional de Andorra y un importante destino turístico, donde los visitantes pueden explorar la Sala del Consejo y descubrir documentos y artefactos que cuentan la evolución política y social del principado a lo largo de los siglos.
En 1962, fue objeto de una considerable reforma que le dio una mayor entidad, en la que fueron sus décadas doradas, ya que su actividad como sede judicial y lugar de reuniones para las distintas parroquias. Así, hasta 2011 mantuvo su plena actividad, hasta que el Consell General se trasladó a otro edificio, para finalmente realizar las sesiones en el Nuevo Parlamento de Andorra, inaugurado entonces.
Interior de la Casa de la Vall
Esto suena interesante, pero realmente es atractivo visitar un edificio institucional. Lo cierto es que sí, porque la Casa de la Vall es mucho más que eso. Dividida entre planta baja, primer piso y segundo, en cada uno de esos tres niveles encontrarás elementos de interés, tanto en su vertiente histórica, como por su estilo tradicional.
Los visitantes que ingresan pueden admirar salas decoradas con muebles antiguos y detalles ornamentales que evocan el pasado noble del edificio. La Sala del Consejo destaca por su atmósfera solemne y su mobiliario de época, donde se celebran las sesiones parlamentarias desde 1702.
Pinturas históricas y escudos de armas adornan las paredes, mientras que los techos abovedados y las chimeneas de piedra ofrecen una imagen de la vida aristocrática pasada.
Cada rincón de la Casa de la Vall cuenta una historia de la evolución política y social de Andorra, preservando su patrimonio cultural en un entorno que combina la funcionalidad de una sede parlamentaria con el encanto histórico de una residencia noble.
Te encantará ver con tus propios ojos este Congreso de los Diputados en pequeñito; de hecho, como en el Parlamento situado en Madrid, en el Andorra también hay un salón de pasos perdidos, imagen que refleja esos andares de los representantes de esas cámaras mientras deliberaban sobre la aplicación de tal o cual ley.
Exterior de la Casa de la Vall
El exterior de la Casa de la Vall en Andorra la Vella es un ejemplo destacado de arquitectura civil de los Pirineos. Construida en el siglo XVI, presenta una estructura de piedra sólida y bien conservada, típica del estilo montañés. Sus gruesos muros de piedra y sus pequeñas ventanas revelan su origen defensivo, adaptado a las necesidades del momento histórico.
La fachada principal está adornada con detalles ornamentales y escudos de armas, que destacan su importancia como residencia noble y sede del Consell General de Andorra desde principios del siglo XVIII. La entrada principal, flanqueada por paredes de piedra, invita a los visitantes a explorar su historia y significado cultural.
Cómo visitar la Casa de la Vall
Debes saber que el acceso a la casa de la Vall en Andorra es de lo más sencillo, a pie, siempre que te encuentres en Andorra la Vella. A escasos metros de la avenida Meritxell, la principal arteria principal de la ciudad, una buena idea para empezar la jornada turística en Andorra, en su vertiente más cultural, para luego lanzarte al ‘shopping’ como si no hubiera un mañana.
La entrada cuesta 5 euros y se puede adquirir en el mismo edificio e incluye audioguía. Si quieres una visita guiada al uso, tan solo hay que añadir un suplemento de 1,5 euros, lo cual sin duda merece la pena. Para ello, hay que hacer una reserva previa por teléfono o por correo electrónico. Ah, y si adquieres las entradas con PassMuseu Andorra, te sale a mitad de precio. ¿Cómo conseguir el PassMuseu en Andorra? En cualquier oficina de turismo del Principado.
Al tratarse de un edificio tan antiguo y con limitaciones arquitectónicas, no se recomienda la visita a personas con movilidad reducida.
No te pierdas esta visita para conocer más en profundidad los secretos del Principado.
¡Vive Andorra!