Las montañas están repletas de ecos y de mitos. Allí en las cumbres, la naturaleza ofrece un escenario perfecto para la contemplación y la formación de las leyendas. Una de ellas está relacionada con la flor Edelweiss, que crece entre las nieves. Si eres una amante de las montañas, es muy posible que te hayas topado con ella, incluso si no conocías su nombre, sus propiedades y por qué está considerada la más bella de las flores.
Primero conozcámosla en su aspecto técnico y después pasaremos a la leyenda de la flor Edelweiss.
¿Qué es la flor de nieve y por qué es tan especial?
El Leontopodium alpinum (Pie de León alpino) es una flor que crece en pequeños grupos en las cordilleras europeas. El origen de la veneración de la flor de las nieves, Edelweiss en alemán, está vinculado a Austria. Este país la considera su flor nacional e incluso su imagen aparece en las monedas de dos céntimos.
Sus cabezas amarillas, cubiertas de pelusa, con hojas blancas en forma de estrella, pueden encontrarse en roquedos por encima de los 1.500 metros. Por ejemplo, está presente en los Pirineos andorranos. También, en España, la encontrarás en Ordesa y en Sierra Nevada.
La cautivadora leyenda de la flor Edelweiss
La primera mención escrita al Edelweiss data del siglo XVIII, pero, como todas las leyendas, la que se asocia a la flor de las nieves tiene un origen incierto, lo que le añade belleza. Según esta leyenda, todo surge a partir de una estrella que sintió envidia de quienes vivían en la tierra; la estrella le comunicó a la luna que quería convertirse en flor y ésta, enfadada, accedió a sus deseos, pero la envío a las cumbres de las montañas para que viviera a partir de entonces en soledad.
El hecho de que fuera una flor difícil de encontrar motivó a muchos amantes a subir a las montañas para traer de vuelta una flor Edelweiss a sus enamoradas, por lo que ha pasado a ser considerada símbolo de amor verdadero y duradero.
Curiosidades y usos de la flor de las nieves en diferentes culturas
El mito en torno a Edelweiss no ha parado de crecer. La película “Sonrisas y lágrimas” popularizó una canción sobre esta flor que se convirtió en una especie de himno germánico. Su presencia en el cine y la cultura popular es amplia. Para los grupos alpinos militares de Alemania y Austria es símbolo de coraje; en este último país, como hemos dicho, figura en las monedas de dos céntimos.
Pero la flor de las nieves no sólo es un objeto de veneración, sino que cuenta con propiedades preciosas. Se usa para productos cosméticos y medicinales. Se considera que tiene propiedades antiarrugas, antioxidantes y antiinflamatorias; además, es diurética y ayuda a paliar los problemas digestivos.
La flor de nieve en el arte
Un símbolo tan evocador y poético ha tenido, como no podía ser de otra manera, su representación en el arte. Sobre todo, de manera más reconocible, la flor de nieve queda patente en la música, con una canción como Edelweiss, incluida en el musical de Sonrisas y lágrimas, que contribuyó a dar una gran popularidad a este flor y a colocarla en el imaginario de medio mundo.
Compuesta en 1959, la flor se emplea como símbolo del patriotismo austríaco, en un momento delicado para el personaje de la película que, contrario a participar en la locura totalitaria, abandona su país, con la flor como principal asidero sentimental. En el arte, hasta la fecha, no hay ningún cuadro que se pueda comparar, en protagonismo floral, a Los girasoles, de Van Gogh, una de las naturalezas muertas más famosas de la historia del Arte.
Así, todos los aficionados actual a la literatura “en plein air”, es decir, aquella que cultivaban los primeros impresionistas, con su caballete, paleta y óleos en el campo, tienen en la flor de nieve un motivo para pintar desde todos los ángulos y luces. Mejor aún si se hace en un marco tan privilegiado como el andorrano, donde la flor de nieve luce con toda su gracia, como si esperara a que un pintor o pintara la inmortalizara como nunca.
En literatura, ya holló este territorio el poeta Jesús Fonseca Escartín, que le dedica unos versos a esta flor y su nacimiento unos cuantos kilómetros al sur de Andorra, en el Bajo Aragón. La parte dedicada a la flor dice así:
Y, más
arriba, en las cimas de
Monte Perdido y Picos del
Infierno, la flor de nieve,
tan chiquitina y casi invisible,
pero muy agarrada a la tierra.
La importancia de conservar y proteger la flor nieve
A día de hoy, existen plantaciones de Edelweiss hechas por el hombre en Suiza. Lo que no resta fascinación hacia las flores que crecen en las cimas. Encontrarnos con un grupúsculo de estas plantas es una de las grandes alegrías que puede tener un montañero. Pero precisamente por su rareza hay que redoblar los esfuerzos de conservación.
Esta flor ha ido desapareciendo de varios sitios de Europa, por lo que está protegida y considerada en peligro de extinción. Se prohíbe totalmente su recolección. Edelweiss tiene su periodo de floración entre junio y septiembre, precisamente cuando más actividad humana hay en las montañas.
Si la ves, enhorabuena; detente, obsérvala, disfrútala, y sigue tu camino sin lastimarla.