A todo el que vio la película (o leyó el libro) de ¡Viven! le impresionó aquella historia de supervivencia en la nieve. Conocida como la tragedia de los Andes, el director Juan Antonio Bayona la ha convertido ahora en serie con un evocador título: La sociedad de la nieve.
Historias conmovedoras pero que bajo ningún concepto nos gustaría protagonizar. Al contrario. Nos gusta la nieve para disfrutar de su belleza incomparable, de la inmensidad a la que nos transporta, de la calma que nos trae, sobre todo si la disfrutamos en parajes tan bellos como los de Andorra, en el corazón del Pirineo.
Y como nos gustan las aventuras que empiezan y acaban bien, unas pocas precauciones bastarán para vivir la nieve en todo su esplendor. Quédate con este post y que tu único miedo en la nieve sea el de no disfrutar al máximo.
Preparándote para la aventura: Equipo esencial y vestimenta adecuada
Poca broma con la nieve. Un elemento amigo que puede pasar a hostil en cuestión de minutos si no vamos preparados. No perdamos respeto a la nieve y entonces disfrutaremos de sus encantos y, sobre todo, evitaremos sustos desagradables que pueden complicarse hasta problemas de congelación de extremidades, hipotermias y demás términos que no queremos en el relato de nuestras vacaciones y excursiones de ocio.
Para ello, cuidaremos al detalle nuestra impedimenta, que es como se conoce al bagaje que lleva la tropa militar en sus misiones. Entre los elementos que no deben faltar, tanto si te vas de senderismo en invierno, como si vas a practicar algún deporte o actividad que se desarrolle en la nieve, son:
- Botas de nieve. Asegúrate de que sean impermeables y resistentes al frío para mantener tus pies secos y calientes. Hazte con unos buenos calcetines térmicos de los que venden en tiendas de deporte y montañismo y, si es posible, lleva repuestos.
- Ropa térmica. Incluye camisetas y pantalones térmicos para retener el calor corporal.
- Chaquetas y pantalones a prueba de agua. Protege tu ropa interior con una capa exterior que sea resistente al viento y al agua.
- Guantes y gorro. Asegúrate de tener guantes impermeables y un gorro que cubra las orejas para protegerte del frío.
- Gafas de sol. El sol puede ser especialmente brillante en la nieve, así que lleva gafas de sol con protección UV.
Además, si vas a pegarte una caminata o practicar esquí de fondo es importante que te hagas con una mochila resistente y espaciosa lo suficientemente grande como para llevar todo tu equipo y suministros adicionales. También una brújula y un mapa que, aunque parezcan utensilios de otra época, nunca te dejarán tirado ya que no precisan de baterías, ni cables, como bien sabes.
También te puede ser de gran ayuda, para situaciones imprevistas (no subestimes las pocas horas de sol que hay en invierno y lo rápido que se hace de noche cuando uno se lo pasa bien en la montaña) una linterna con pilas para tu salida al campo.
Y recuerda llevar contigo una buena crema solar si no quieres lamentar serios daños en la piel. El sol refleja con fuerza sobre la nieve y, al estar más alto y por tanto más cerca de los rayos UVA, la exposición es mayor y más peligrosa.
Por último, un pequeño botiquín con vaselina, vendas, agua oxigenada, mercromina, tiritas y algún analgésico siempre es bienvenido en la montaña.
¿Qué hacer si te pierdes en la nieve?
Lo primero, como en cualquier situación complicada, es mantener la calma. Pensar qué peligros tenemos y qué recursos tenemos a nuestra disposición para vencer esos peligros. También, hacernos cuanto antes una composición de tiempo: qué hora es, cuánta luz nos queda. Para ello, es importante detenerte y hacer un análisis de situación. Mira qué te rodea y qué posibles amenazas te acechan: caminos escarpados, barrancos, avalanchas, incluso animales potencialmente peligrosos.
Además, es importante tener en cuenta estas recomendaciones:
- No derrochar energía. Minimiza tus movimientos, dosifica los esfuerzos, asume que pueden pasar horas, si estás realmente perdido, hasta que encuentres a quien pueda ayudarte o quien te rescate. De ahí que sea importante conservar la energía y reducir también el frío, añadiendo más capas de ropa, poniéndonos los guantes, gorros y bufandas y realizando movimientos constantes en el cuerpo para mantener la circulación.
- Comparte tu ubicación. Una vez te has demostrado a ti mismo que eres capaz de mantener la calma, tienes al móvil como aliado, siempre que tengas batería. Para evitar ese problema, es bueno llevar cargadores de móvil analógicos o una batería suplementaria, convenientemente cargada. Llamar al 112 también es fundamental, aportando toda la información de que dispongas sobre tu ubicación, así como sobre tu estado físico y mental.
- Busca un refugio. Puede ser un refugio natural, una gruta, por ejemplo, o una construcción improvisada que puedas hacer tú mismo si las condiciones climáticas son extremas. Busca el abrigo de una pared y acumula ramas y follaje para protegerse del exterior si prevés que tienes que hacer noche o esperar muchas horas, en el caso de que te hayas lesionado y no puedas caminar, antes del rescate.
- Utiliza señales de emergencia. Si tienes un silbato, úsalo para hacer ruido y atraer la atención. También puedes utilizar un espejo o cualquier objeto reflectante para señalar tu ubicación a posibles equipos de rescate.
- Deja marcas bien visibles. Como en el cuento de ‘Pulgarcito’, si dejas un rastro lo suficientemente claro, es más fácil que los equipos de rescate te localicen, mientras esperas en tu refugio.
Orientación y navegación en la nieve
La nieve altera la realidad. Más aún si nos pilla de improviso y borra los caminos que teníamos pensado seguir, complicando la ruta hasta niveles ciertamente peligrosos. Por suerte, por mucho que haya nevado, nunca lo hará tanto como para tapar la luz del sol, por tanto ahí tenemos una referencia para orientarnos. Siguiendo su caída nos dirigiremos hacia el oeste, por lo que es importante tener en la cabeza las poblaciones cercanas y en qué dirección se encuentran, dando por hecho que tu móvil ha dejado de funcionar por el frío extremo, no hay cobertura, o lo has perdido.
También te puedes orientar con referencias naturales que te indiquen, por así decir, el camino de vuelta a casa. Picos más elevados o diferenciados que el resto, por ejemplo. Dicho esto, contar con un mapa en papel, lo más preciso posible, sigue siendo, a pesar de todos los adelantos tecnológicos, una herramienta importante para orientarnos en la nieve.
Cómo conseguir alimentos y mantenerse hidratado en un entorno nevado
Llega la oportunidad más clara de poner a pruebas tus dotes de survivalista: alimentarse de lo que encuentres en un paisaje nevado. ¿Por dónde empezar? Mira a tu alrededor. ¿Ves algún río o lago? Aunque se encuentre congelado, puede haber vida animal y, por tanto, comida, para ti. Eso sí, ten en cuenta las reglas locales y licencias locales, siempre que no te encuentres en una situación extrema.
Para ello, no es mala idea llevar unos aperos básicos de pesca en tu mochila, como un poco de hilo de pita y un anzuelo, así como cebo. También puedes cazar animales mediante la creación de trampas, algo que requiere cierta técnica, por lo que es conveniente documentarse al respecto antes de salir de excursión si te planteas cómo sobrevivir en la nieve.
Respecto a la hidratación, recuerda que no se recomienda comer nieve ya que puede ser perjudicial para tu salud ya que puede haber gérmenes, bacterias y demás elementos nocivos para tu organismo. Lo mismo respecto al agua que puedas encontrar a tu alrededor, porque beber agua de río de ellos comporta cierto riesgo debido a los animales en proceso de descomposición que pueda haber a lo largo del cauce.
Así que para garantizar tu supervivencia en la nieve y no morir de sed. Un truco para evitar el riesgo para tu salud que comentamos antes es hervirla, siempre que dispongas de un camping-gas, evitando así cualquier tipo de bacteria peligrosa.
No obstante, para evitar sustos innecesarios, organiza tu actividad en la nieve con antelación, conociendo bien la zona que vas a visitar y, siempre que sea posible, ve acompañado, con un móvil bien cargado y con ropa de sobra, alimentos imperecederos y una riñonera de survivalista.
El resto, a disfrutar de la montaña.