El restaurante El Racó de Solanelles, en el sector Encamp de Grandvalira, fue el punto de encuentro el pasado sábado del Brunch solidario organizado por Grandvalira Social y el Comité Nacional de Andorra para Unicef. El acto reunió a más de un centenar de asistentes gracias a los cuales se recaudó una cifra total de 8.260 euros. La presidenta del Comité Nacional de Andorra para Unicef, Marianela Vila Aristot, valoró muy positivamente la acción y señaló que estaban “muy contentos de poder volver a celebrar el Brunch solidario”. Asimismo, agradeció la solidaridad andorrana destacando que “de los 33 comités de Unicef en el mundo, en Andorra somos los cuartos o quintos en donaciones per cápita, cuando hay comités de países mucho mayores como el de Estados Unidos”.
La presidenta de Grandvalira Social, Cristina Viladomat, explicó que “hacemos esta acción en favor del Comité Nacional de Andorra para Unicef, con quien tenemos una muy buena relación, ya que tienen proyectos de diferentes ámbitos en todo el mundo”. Marianela Vila Aristot matizó que los fondos no se destinarán a un solo proyecto sino “a los diferentes proyectos que tenemos, que son principalmente dos: uno en favor de las mujeres y niñas en Afganistán, y otro en Madagascar para reconstruir un poblado que está muy afectado por los efectos del cambio climático”. Vila Aristot añadió, más en clave nacional, que “aquí en Andorra también hacemos cosas de sensibilización con temas de salud mental y divulgación de los derechos de los niños”.
Proyecto de Unicef en Madagascar
El efecto del cambio climático se ha convertido en un motivo de emergencia social en Madagascar. Su consumo de energía basado en combustibles de biomasa que liberan gases cuando se queman agravan aún más esta situación. El proyecto de expansión de los sistemas de energía sostenible que realizará Unicef será fundamental para ayudar a las comunidades a ser más resilientes al cambio climático y construir un futuro más verde y sobre todo, más próspero para los niños del país. Es por este motivo que la organización trabaja para acelerar el despliegue de sistemas de agua alimentados por energía solar en 20 pueblos afectados por la sequía, concretamente en la región de Androy, en el sur del país. El impacto repercutirá en una mayor capacidad para hacer frente a los efectos de la falta de lluvia, en la reducción de las emisiones de carbono, a la vez que se van a crear nuevas oportunidades para el empleo.
La labor de Grandvalira Social
Grandvalira Social tiene como misión fomentar el deporte del esquí y acercarlo a colectivos con necesidades de atención especial organizando estancias en el dominio esquiable para niños y jóvenes con los objetivos de estimular el ocio a partir del deporte y la naturaleza; promover la actividad deportiva adaptada y fomentar la integración social de las personas con handicaps físicos o psíquicos, entre otros. Tal y como expresó su presidenta durante el acto, Cristina Viladomat, “organizamos proyectos de inserción a través del deporte, y en concreto a través del esquí porque es nuestro deporte, y con grupos con dificultades diversas, porque creemos que cuando esquías te olvidas de todo. Esto lo decía siempre mi padre, que fue su fundador, y esto es la base de lo que intentamos hacer”.
Grandvalira Social también colabora con diversas entidades y diferentes propósitos, tanto dentro como fuera del país, como el centro del Call (La Gavernera), la escuela especializada de Meritxell, la Fundación Enriqueta Villavecchia de Barcelona, la Asociación Enfants de la Lune, la Fundación ADIS de la Cerdaña, la Casa de Colonias Aina, Cáritas, o Special Olympics Andorra, entre otros.